PLAUTO UN ARTISTA DE HOY
Las busconas en las comedias de Plauto hacían la carrera en la vía Apia─ había lenónes, johnys y mirones voyeurs que robaban al descuido en las cauponae (tabernas) y lenocinios─ para muestra un botón ahí anda Mr, Avalos y su levantaliebres que le arrimaba las putas al señor ministro, un tal García y S. M. Juan Carlos I llevaba a la grupa de su moto a la de Murcia─
Han pasado más de dos milenios desde que Plauto escribió “Los hermanos mielgos” y las cosas no han cambiado mucho. La naturaleza humana sigue lo mismo.
Las guerras púnicas de entonces se conjugan con las matanzas de palestinos y los caballos de Troya son las estratagemas de Netanyahu con Hamás, Zelenski con Putin y Trump el tramposo que no dice una verdad─ el pueblo romano se lo pasaba a lo grande en el foro discutiendo, en los triclinios comiendo y bebiendo hasta reventar, en el coliseo viendo morir a los gladiadores, follando en los lenocinios y en el anfiteatro gozando con las comedias de Plauro, Aristofanes, Sófocles y alguno más,
Máscaras y coturnos. Panem et circenses. Televisión y telediarios, tertulias a punta pala y no se arregla el mundo, tampoco se arregla España
Menejno y Meseion eran gemelos sicilianos, esa es la trama de una comedia que termina bien. Un día su padre va a la feria llevando consigo a ambos, se emborracha y uno de ellos se pierde. Es adquirido por un tratante de seres humanos que le bautiza con el nombre de Meseión.
Es buscado por su hermano toda la vida e imbuido de un alto sentido religioso ofrece incienso a los dioses para dar con él. Invoca a Castor y Pólux que eran también mielgos y la mitología clásica los representa cabalgando el mismo caballo pero nada.
Hasta que pasan los años ocurre que Erotías que era la meretriz que se tiraba el protagonista, se confunde y se acuesta con el esclavo tomando al uno por el otro y le devuelve una pulsera y un velo que eran de la mujer de Melejno.
Descubierto el embrollo, ambos se abrazan y todo termina bien.
El dialogo es chispeante y la descripción de las costumbres de la Roma antes de ser proclamado el imperio es un no va más. A mí que he vuelto a releerla en latín al cabo de muchos años me ha servido para comprobar que la crepitante y amenazante actualidad que nos circunda no es tan actual.
El ser humano no cambia pese al avance de la tecnología.
Porque tales vivencias y confusiones
ocurrían veinte siglos ha. El sol seguirá saliendo cada mañana y la tierra
girando mal que les pese a los agoreros y a los falsos profetas del Apocalipsis
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